Al Pueblo de Chile:
Frente a la profunda crisis provocada por la dictadura de Pinochet y su camarilla, el Frente Patriótico Manuel Rodríguez manifiesta al pueblo de Chile y a nuestros amigos del mundo: El país vive hoy la más profunda crisis de su historia.
Esta crisis abarca las más diversos aspectos de la vida nacional, haciendo imprescindible una profunda transformación que tienda a desmontar todas las injustas estructuras que la tiranía a logrado construir en estos 11 años. Vivimos una crisis política motivada por la permanencia en el poder de una tiranía personalista que he privado al pueblo chileno de todos sus derechos conquistados en muchos años de lucha y sacrificio.
La acción y los deseos de la tiranía chocan con la acción y los deseos del pueblo, que lucha por la democracia, la libertad y la recuperación de todos sus derechos arrebatados. Frente a esta situación y huérfanos de apoyo popular, la tiranía sólo tiene como expediente la represión brutal y sangrienta en contra del pueblo y sus organizaciones, llegando en los últimos días a reimplantar el “Estado de Sitio” con toda una secuela de prohibiciones y censuras.
Vivimos una profunda crisis económica producto de la política entreguista y pro-imperialista llevada a cabo por el régimen, que destruyó toda la estructura económica del país en beneficio de los consorcios y compañías internacionales, encalillando al país en una deuda externa que compromete en forma dramática nuestro futuro.
Esta situación ha significado para el pueblo el drama de la cesantía, el hambre y la miseria, lo cual lo ha llevado a la disyuntiva de morir de hambre o alzarse sin vacilaciones en contra de la causa de su drama, la dictadura.
Vivimos una crisis moral que se expresa en una corrupción generalizada en las más altas esferas del régimen y los sectores más acomodados, conmoviendo al país y al mundo con sus escándalos. Son también signos de esta crisis moral los hechos de sangre en que aparecen involucrados con absoluta impunidad, los servicios policiales y de seguridad del régimen, que han cobrado cientos de víctimas en el pueblo, estando entre las últimas el transportistas Mario Fernández, el obrero Juan Aguirre Ballesteros y los muertos del Paro Nacional. En definitiva, vivimos una profunda crisis estructural que se acentúa día a día en la medida que el pueblo levanta cada una de sus reivindicaciones, chocando con todo el aparataje construido por la dictadura.
El régimen a trastocado todas las estructuras del país logrando concentrar el conjunto del poder político y económico en las manos de un pequeño grupo de poderosos, dejando a la inmensa mayoría de los chilenos desprovisto de él.
El régimen ha envilecido el papel de la justicia, haciéndola cómplice de sus tropelías y ha degradado a las Fuerzas Armadas al papel de verdugos del pueblo y custodio de los intereses de los ricos. Todo esto hace que el pueblo hoy exija el desmantelamiento de todas las estructuras creadas por el régimen para someter al pueblo.
EL PUEBLO ALZADO Y A LA OFENSIVA
La situación se ha hecho insostenible para el pueblo y hoy se encuentra alzado contra la tiranía, llevando a cabo una profunda ofensiva de lucha que tiene en las 11 jornadas de protestas y el último para nacional de actividades, sus más potentes y exitosas expresiones.
A través de ellas el pueblo busca recuperar sus derechos políticos, sociales y económicos y terminar de una vez y para siempre con todo un régimen de injusticia que lo oprime.
El pueblo sabe que el primer escollo a vencer para conseguir la realización de todos sus derechos y anhelos, es derribar al actual régimen sacando al tirano del poder. Tras ese objetivo el FPMR hoy desarrolla una ofensiva bajo el lema de: “Por la patria, basta ya de Pinochet”. Ante el arrollador avance del pueblo, la dictadura intentó y seguirá intentando engañosas maniobras con el fin de dividir y confundir a las fuerzas opositoras, publicitando supuestas intenciones aperturistas, llamados al consenso mínimo y el diálogo. Al ver fracasadas sus intenciones, cuando los trabajadores plantearon decididamente la realización del paro nacional, decidió sacarse definitivamente la careta decretando el
Estado de Sitio, desatando una vez más una basta acción represiva en contra del conjunto de las fuerzas opositoras.
El FPMR frente a estas y otras maniobras que intente la dictadura declara que: La lucha no cesará mientras existan chilenos exiliados; mientras no haya justicia para los miles de desaparecidos, torturados, asesinados y encarcelados por el régimen; mientras no haya plena libertad política, de prensa, de asociación; mientras el pueblo no recupere sus derechos; mientras haya hambre y miseria en la mayoría, y lujo y derroche en la minoría; mientras continúen las persecuciones, las torturas, mientras se dinamiten iglesias; mientras se asesinen a los opositores; mientras no se desmantele todo el aparato represivo de la dictadura, partiendo por la siniestra CNI; en definitiva, sólo habrá diálogo si es para poner fin de inmediato al gobierno de Pinochet, su Junta y su Constitución.
LA VIOLENCIA TIENE SU ORIGEN EN LA DICTADURA
El régimen desarrolla una costosa y bien concertada campaña en contra del llamado “violentismo” o “terrorismo”, pretendiendo hacer desaparecer el origen de la violencia en las acciones que el pueblo ha emprendido para zafarse de la dictadura. Aparecen denunciando la violencia precisamente aquellos que la iniciaron hace 11 años a través de un golpe sangriento que terminó con la democracia y con la vida misma del presidente constitucional de Chile, imponiéndonos por la fuerza de las armas una dictadura brutal y sanguinaria que ya dura demasiado. Después de once años de atropellos y de barbarie, el pueblo se alza hoy con todas sus fuerzas y con todas las armas de que dispone para terminar de una vez con la violencia terrorista del régimen.
Las vacilaciones y la conciliación con al dictadura sólo prolongarán el régimen de terror, violencia y miseria en que nos tiene sumidos Pinochet. Nos parece una inconsecuencia que algunos sectores opositores llamen al pueblo a movilizarse y protestar, para luego salir repudiando la violencia que ejerce el pueblo en su defensa.
Algunos van más allá y utilizan la movilización del pueblo como un verdadero chantaje para conseguir una salida pactada con al dictadura a espalda del pueblo mismo; esto es una inmoralidad, eso se llama manipular al pueblo. La violencia del pueblo es legítima y tiene su explicación en la brutalidad salvaje que ha sufrido y sigue sufriendo bajo la dictadura.
Lo más civilizado hoy día es poner fin cuanto antes a la dictadura que es el origen de toda violencia; tras ese objetivo hay que emplear todas las modalidades de combate, incluidas aquellas que transitan por el camino de la violencia, camino que los chilenos no hemos buscado, sino que se nos impuso.
PACTO CONSTITUCIONAL Y FIN DE LA DICTADURA
Ha surgido en el seno de las fuerzas opositoras al régimen, la idea de firmar un Pacto Constitucional que compromete a todas las fuerzas firmantes acerca del tipo de régimen democrático a que aspira y las normas básicas que lo regirán. Se trata, sin lugar a dudas, de una idea positiva en la medida que posibilita el acuerdo de todos los demócratas, pero ante el pueblo será un compromiso incompleto si no se contempla también el compromiso por parte de los firmantes para poner fin al actual régimen y desmontar el aparato dictatorial.
El poner fin a la dictadura y todos sus aparatos es la principal y fundamental prueba de la fe democrática de los firmantes del pacto constitucional. Desconfiamos de los demócratas de última hora, no nos basta una simple declaración de fe democrática después de haber conocido la trayectoria de muchos “demócratas” que no vacilaron en estos 11 años en apoyar todas las acciones de la dictadura, incluso las más bárbaras. Nos declaramos dispuestos a firmar un pacto constitucional que incluya como parte central el compromiso de los firmantes de luchar por:
1.- Poner fin al actual régimen, terminando con el gobierno de Pinochet y su Junta.
2.- Derogación inmediata de la constitución de Pinochet.
3.- Constitución de un Gobierno Patriótico de Unidad Nacional, con carácter provisional, que tenga como tarea solucionar los problemas más graves de nuestro pueblo, desmontar todo el aparataje de la tiranía y convocar por último a una Asamblea Constituyente que nos provea de una nueva Constitución.
A los que piensan que sólo con adelanto de la elección de un Congreso se pondrá fin a la actual situación de alzamiento en que se encuentra el pueblo, les decimos que se equivocan rotundamente, la elección de un Congreso es lo que menos le interesa al Pueblo en estos momentos. Aspiramos hoy a terminar de una vez con Pinochet, su régimen y su secuela de hambre, miseria y represión. La lucha emprendida por el pueblo continuará hasta la consecución de estos objetivos, antes de que estos objetivos se concreten no habrá paz ni tregua.
LUCHAMOS POR UNA VERDADERA DEMOCRACIA
Interpretamos a la inmensa mayoría del pueblo cuando decimos que aspiramos a un régimen plenamente democrático en lo político y en lo social, para lo cual es necesario realizar, junto con las transformaciones políticas, una serie de transformaciones económico-social que signifiquen poner fin a la concentración del poder político y económico en unas pocas manos, pasándolo a manos de la inmensa mayoría que hoy no lo posee.
Es necesario partir desconcentrando el poder económico, recuperando para el conjunto de la sociedad las grandes empresas entregadas a manos de los poderosos del capital nacional y extranjero.
Recuperar la Banca Nacional y liberarse del tutelaje que el imperialismo ejerce sobre nosotros a través del FMI y de la presencia de las transnacionales que han vuelto a apoderarse de nuestras riquezas básicas.
Reivindicamos el derecho de los campesinos que se les devuelvan las tierras usurpadas por el régimen para reconstruir los latifundios. Reivindicamos el derecho del pueblo Mapuche a recuperar sus tierras, a explotarlas en comunidad y a que se les respeten todos sus derechos.
Reivindicamos el derecho de los universitarios a la autonomía y a darse sus propias organizaciones al margen del tutelaje de rectores militares y de la vigilancia y represión de guardias armados.
Reivindicamos el derecho de la juventud al estudio y al trabajo, así como al derecho de los profesionales a portar sus conocimientos al desarrollo nacional obteniendo trabajo en sus propias profesiones
El país debe abandonar la esfera de influencia del imperialismo y abandonar la política de bloques, declarándose no alineado, firme partidario de la paz y de integración entre los pueblos americanos, manteniendo relaciones amistosas con todos los países bajo el principio de no intervención y el respeto mutuo. El pueblo aspira a una verdadera aspiración política, no sólo concurriendo a votar cuando se le convoque sino participando con pleno derecho y en los más diversos niveles en la aprobación y elaboración de las políticas del Estado, aspiramos a una democracia plenamente participativa.
El pueblo ha visto por muchos años a la justicia como una cosa lejana y que nunca ha estado de su lado, sino del de los ricos.
Esta imagen se ha visto acentuada en los años de la dictadura por el vergonzoso papel jugado en este periodo por los tribunales de justicia.
Esto reafirma la aspiración popular de transformar el aparato judicial para asegurara que en ella se vean reflejadas sus aspiraciones y que la administración de justicia no dependa de la condición social de los que la demanden. La consecución de las metas anteriormente expuestas, junto con la democratización de las Fuerzas Armadas darán al pueblo el pleno control de su destino, emprendiendo así el camino de la construcción de una verdadera democracia.
NUEVAS FUERZAS ARMADAS PARA LA DEMOCRACIA FUTURA
Durante estos once años las Fuerzas Armadas se han visto comprometidas con todos los actos que, en su nombre, emprendió la camarilla que hoy nos gobierna. Estamos conscientes que no fueron ellas en su conjunto las que decidieron dar el golpe del año 1973, como tampoco han decidido las acciones que ha emprendido este régimen durante estos años.
Los que han tomado estas decisiones son una camarilla de niveles y militares azuzados por el imperialismo y en defensa de mezquinos intereses que no son en ningún caso los de las Fuerzas Armadas. De allí la impostergable necesidad de realizar en las Fuerzas Armadas una profunda depuración de los elementos criminales y corrupto, y a partir de esta, emprender la reestructuración que de origen a las nuevas Fuerzas Armadas que el país necesita, teniendo como base un nuevo concepto de la defensa nacional, en que ésta no sea sólo función exclusiva de las instituciones armadas, sino una función de todo el pueblo.
Las nuevas Fuerzas Armadas abandonarán la Doctrina de Seguridad Nacional, para reemplazarla por otra que contemple la defensa de los verdaderos intereses de nuestra nación, y que son absolutamente contrapuestos con los creadores de dicha doctrina.
Las Fuerzas Armadas, al igual que el país, deberán ser democráticas en su composición social, en sus sistemas de ingreso, en sus planes y programas, en su estructura interna, en sus sistemas de ascensos y reglamentos; deberán ser amantes de la hermandad entre los pueblos y no belicistas; deberán propender a la unión latinoamericana y al no alineamiento en bloques, desarrollando relaciones amistosas con todos aquellos países con los cuales Chile las tiene, deberán romper los lazos de dependencia que mantienen con el Pentágono.
Las nuevas Fuerzas Armadas asegurarán el respeto a todos los derechos de los soldados, incluidos los derechos civiles y políticos. Los miembros de la Fuerzas Armadas tienen derecho a constituir una organización social que canalice sus inquietudes y los represente ante el poder civil y el alto mando. Llamamos a los soldados a no disparar contra el pueblo, a no participar en la represión.
Los llamamos a unirse al FPMR en donde encontrarán un lugar para realizar su vocación de soldados, queridos y respetados por el pueblo.
A las fuerzas represivas les advertimos que el Pueblo no aceptará más ser atropellado y masacrado, y se organiza y prepara para dar el justo castigo a los verdugos. Si no cambian de actitud, sabrán lo que es enfrentar a los destacamentos del pueblo en armas, que no es lo mismo que enfrentar a un pueblo desarmado e indefenso. No pueden olvidar que hasta los ejércitos más poderosos han mordido el polvo de la derrota ante pueblos decididos a conquistar su libertad.
QUE HACER HOY PARA PONER FIN A LA DICTADURA
Pinochet a notificado claramente que no piensa abandonar el gobierno mientras cuente con el poder de las armas y la represión para imponerse al pueblo.
Durante todos los años que gobierna ha usado métodos gansteriles y corruptos para lograr sus objetivos, ha aplicado tácticas militares en el terreno de la política. Son comunes a todo su accionar el objetivo de aniquilar al oponente, la guerra sicológica como arma política, el engaño, el factor sorpresa, el crimen, el soborno, la presión, etc. Esos han sido y seguirán siendo sus métodos, quienes pretenden sacarlo de su lógica y llevarlo al terreno tradicional de la lucha política, nos parecen por decir lo menos, ingenuos.
El tirano no tiene otros recursos y por tanto no se le puede pedir lo que no posee. El FPMR ha concluido que a este régimen sólo se le enfrenta eficientemente y se le derrota, haciendo uso de todas las formas de lucha, incluida la armada. Para ello precisamente se ha constituido el Frente, para conducir militarmente al pueblo en su lucha, hasta la victoria final.
Llamamos a constituir el más amplio frente político, capaz de agrupar bajo su dirección al conjunto del pueblo en cada una de las etapas de lucha que éste deba enfrentar, de las cuales no se puede descartar la lucha en el terreno armado.
Este frente político-militar ha de posibilitar la creación de una correlación de fuerzas favorable al pueblo, que abarque todos los terrenos en los cuales se presentará el combate.
Ya no existe una correlación política y social favorable al camino de la dictadura, y que se ha expresado en magníficas jornadas de movilización. Hoy se hace imprescindible agregar otros elementos que nos permitan completar el cuadro e inclinar abrumadoramente la correlación en favor del pueblo.
Es necesario que el pueblo enfrente la tarea de construir su fuerza militar, para lo cual planteamos: – La creación y desarrollo en cada lugar y zona de las Milicias Rodriguistas, órgano de combate auténticamente popular que tendrá a su cargo la organización y desarrollo de la capacidad combativa del pueblo, encabezando hoy la autodefensa y dando los pasos necesarios para asumir las tareas en una etapa superior de lucha. – Lograr la unidad de los distintos destacamentos armados del pueblo a fin de coordinar las acciones y preparar golpes demoledores de las fuerzas que luchan contra la tiranía. – Desarrollar por parte de todo el pueblo una acción tendiente a hacer recapacitar a los miembros de las fuerzas Armadas acerca de su papel como verdugos del pueblo y lograr que se unan a las fuerzas que luchan contra la tiranía.
Hoy el pueblo está alzado en contra del tirano, a través de protestas, paros comunales, tomas de terrenos, marchas, sabotajes y del gran paro nacional del 30 de octubre, a estos se agregan las cada ves más potentes acciones militares de nuestro Frente, como el apagón de 16 de octubre que dejó sin energía eléctrica a 8 regiones tras el derribamiento de 15 torres de alta tensión, la audaz acción contra el edificio de la Junta, que demostró la potencia del pueblo haciendo temblar a los aduladores del tirano, el sabotaje contra el puente Maquehua que mantiene hasta hoy cortado el tráfico por la carretera panamericana sur, las acciones desarrolladas durante el paro nacional como enfrentamientos, sabotajes, apagones, descarrilamientos, etc.
Todas estas acciones llenan de alegría al pueblo y de terror al tirano y sus esbirros. Frente a la agresividad del régimen y el carácter superior que adquieren los combates, es necesario acentuar la preparación y organización paramilitar del pueblo. Esta organización y preparación le darán mayor efectividad y potencia a los combates que el pueblo emprenda.
A su vez la organización paramilitar del pueblo contribuirá a preparar las condiciones para pasar a la siguiente y superior etapa que es la de “Sublevación Nacional”.
HACIA LA SUBLEVACIÓN NACIONAL
A través de 11 protestas y del último Paro Nacional el pueblo ha ido construyendo un camino que demuestra ser viable y exitoso; esto lo entiende así la dictadura, por ello, está aterrorizada frente a la posibilidad de que el pueblo desarrolle está perspectiva de lucha en un grado aún superior, trata de ponerle atajo cuanto antes y a cualquier precio.
El pueblo ha entendido que a través de estas maneras de combatir, ha provocado un verdadero descalabro en las fuerzas represivas, las que no han podido detenerlas ni con el toque de queda, con la salida del ejército a la calle, con redadas masivas, con brutal represión, ni con masacres. Las protestas y paros han demostrado que es posible pasar a la ofensiva, que es posible paralizar el país, que es posible crear bastiones inexpugnables del pueblo; en definitiva, que el inmenso poderío militar y represivo de la dictadura se hace ineficaz ante la decisión de un pueblo que combate a la ofensiva y empleando todas las posibilidades de lucha.
Lo anterior ha marcado claramente cual es el camino a seguir, la Sublevación Nacional que paralice el país en forma prolongada a través de una movilización total y permanente de las masas, unido al levantamiento de todo el pueblo, tanto en la ciudad como en el campo, constituyendo centros en los cuales las fuerzas de la dictadura sean incapaces de penetrar y actuar. A través de esta forma de acción seremos capaces de dispersar la capacidad técnica y militar del enemigo, logrando en definitiva el desmoronamiento del aparato militar de la dictadura.
Para lograr estos objetivos es necesario avanzar mucho más en la organización paramilitar de las masas, para lo cual el FPMR ha constituido las Milicias Rodriguistas.
Por nuestra parte seguiremos dando nuevos y más contundentes golpes contra las fuerzas enemigas. Esta es la forma que concebimos el camino que el pueblo deberá recorrer para liberarse de la tiranía.
Este es un camino victorioso, desde luego, no exento de sacrificios. Cuanto antes avancemos en al implementación de la sublevación, ahorraremos muchos y mayores sufrimientos a nuestro pueblo; cada día que pasa con Pinochet en el poder es un día de hambre, de mortalidad infantil, de sufrimientos, de asesinatos y crímenes contra el pueblo. La experiencia de otros pueblos demuestra que es posible derrotar a poderosas fuerzas militares. La clave del éxito no esta dado exclusivamente por el nivel del armamento, sino que el factor determinante es la moral combativa, que está determinada por la justeza de la causa por la cual se lucha.
De esta forma los pueblos han derrotado poderosos ejércitos como es de Estados Unidos en Vietnam, el Ejército del Shá en Irán, el Ejército de Batista en Cuba, el Ejército de Somoza en Nicaragua, y hoy el pueblo salvadoreño tiene en jaque al ejército de su país con la más poderosa maquinaria de apoyo que jamás ha montado el imperialismo en nuestra América.
El pueblo chileno tiene una causa justa por la cual lucha, posee una gran moral combativa y ha demostrado su decisión de combate. Estamos seguros que al igual que otros pueblos, Chile también vencerá.
EL RODRIGUISMO: UNA OPCIÓN HISTÓRICA
El Frente Patriótico Manuel Rodríguez nació para entregar una respuesta al pueblo que reclama una conducción en el terreno militar, y para ser el brazo armado de todo el pueblo en su lucha contra la tiranía. Nos inspiramos en el ejemplo heroico del guerrillero del pueblo, de Manuel Rodríguez, el que no conoció el miedo, y con coraje y valentía supo organizar y encabezar la lucha del pueblo en la gesta emancipadora de la Independencia.
Manuel Rodríguez jamás permitió en él la vacilación y el desánimo, y cuando después de una derrota cundía en el pueblo la desesperanza y al cobardía se hacía presa de algunos “líderes” que se preparaban para huir a Mendoza, supo revertir la situación y al grito de “Aún tenemos Patria, ciudadanos” reorganizó las fuerzas patrióticas para enfrentar al enemigo, jugando un papel clave en la derrota de los enemigos de la patria y la obtención de la Independencia.
Amamos la paz y queremos terminar con la violencia terrorista del régimen. Después de una década de ver y sufrir en carne propia los atropellos y violencias del régimen, hace un año decidimos organizarnos y comenzar a actuar convencidos de que es la única forma de terminar con el origen de la violencia misma, la dictadura.
Nunca antes habíamos empuñado las armas, hoy lo hacemos obligados, pero decididos y confiados de que ningún sacrificio será en vano. Los compañeros que han caído en combate cuentan con nuestra admiración y son la fuente de inspiración para los miles de combatientes que día a día ocupan su lugar y se incorporan a la lucha.
No somos un nuevo partido político y no pretendemos disputarle espacios a nadie. Agradecemos a los partidos que han manifestado su comprensión, simpatía y solidaridad hacia nuestra lucha. Coincidimos con aquellos en que en el Chile de hoy la gente es asesinada por participar en una marcha, por tocar una cacerola, o dentro de sus casas cuando duermen, hacen sus tareas o leen una Biblia; por lo tanto, nadie puede negar validez a la opción de vida de quienes hemos decidido luchar con las armas en la mano, convencidos de que es la forma de lucha que, combinada con otras, derrotará a la dictadura y terminará con el terror. No despreciamos ninguna alternativa de combate. Quisiéramos tener la comprensión y coincidir con todos los partidos que hoy luchan contra la dictadura, y conformar con ellos el Gran Frente Patriótico que conduzca al Pueblo a la Victoria.
Nuestra lucha es la de los cesantes, la de los sin casa, la de los estudiantes, la de los profesionales, la de los mineros de El Teniente, la de las mujeres, la de los campesinos mapuches. También es nuestra la lucha de la Iglesia en defensa de los Derechos Humanos y porque ningún chileno “se acueste con hambre”.
Nuestra lucha es libertaria y patriótica. Buscamos liberar a nuestro pueblo de la tiranía y recuperar la democracia y la libertad anhelada, pero también nuestra lucha es por liberar a nuestro país del dominio del imperialismo, por lo cual nuestra lucha es solidaria y coincidente con todos los que en nuestro continente y en el mundo hoy luchan por liberarse de las garras del imperialismo o construyen sus patrias liberadas, enfrentando la cruel agresión imperialista.
Vaya pues nuestro afecto y solidaridad para la lucha de los pueblos de Guatemala y El Salvador, para los pueblos y los gobiernos de Cuba y Nicaragua, para los pueblos de Uruguay, Paraguay y Brasil, para los procesos democratizadores de Bolivia y Argentina, en ellos queremos simbolizar la lucha de todos los pueblos del mundo por la libertad y al independencia nacional.
Llamamos a todos el pueblo a llevar a cabo las tareas planteadas en es Manifiesto. Llamamos a construir las Milicias Rodriguistas. Llamamos a los mejores combatientes del pueblo a integrarse a las filas del FPMR, en especial a la juventud que es la que más ha sufrido con este régimen. Sólo la lucha heroica, combativa y permanente de todo el pueblo nos liberará de la tiranía.
¡¡ LA VICTORIA NOS PERTENECE !!
¡¡ CONTRA EL HAMBRE Y LA REPRESIÓN, SUBLEVACIÓN !!
DIRECCIÓN NACIONAL
Frente Patriótico Manuel Rodríguez
Santiago, Noviembre de 1984.