CUATRO GENERACIONES DE PATRIÓTAS Y UN CONGRESO DE UNIDAD RODRIGUISTA

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La historia del FPMR se puede analizar desde varias perspectivas pero hay una que quizás no se ha tomado en cuenta ya que el aspecto más combativo y heroico es el predominante como también sus orígenes. Este aspecto ausente en la
historia del Frente es el relacionado con las generaciones. Podemos decir que este aspecto se podría representar de la siguiente forma:

1) La primera generación la conforman aquellos cuadros del Partido Comunista que posterior al golpe de estado se dan a la tarea de formar el Frente Cero y que posteriormente tomaría la fisonomía que hoy conocemos como FPMR. Estos viejos cuadros comunistas son quizás los gestores de muchas de las concepciones del cual se nutriera el Rodriguismo en una primera etapa. Estos viejos cuadros comunistas serían los encargados de romper la tradición legalista del Partido Comunista que a pesar de haber sufrido varias persecuciones e ilegalidades en épocas pasadas de la historia política de la Patria nunca antes había asumido la lucha armada frontal contra una dictadura ni menos había formado cuadros político-militares que efectivamente empuñaran las armas. Ciertamente esa opción causó más de un problema, alejamiento, o resistencia por aquellos que abrazaban posiciones reformistas y “republicanas” las que privilegiaban los acuerdos con la Democracia Cristiana y con la renovación que posteriormente sufrieran los socialistas y otros partidos de izquierda.
2) La segunda generación son aquellos hijos de los cuadros comunistas que para el golpe o eran adolescentes o más jóvenes o algo más viejos que producto de la persecución de sus padres se van al exilio con ellos asumiendo posteriormente un compromiso de volver a la Patria a combatir. Estos cuadros político-militares son aquellos que conforman el Batallón de Internacionalistas que tendrá la labor de conducir los destinos del FPMR bajo la dictadura y de los inicios de la transición a la democracia. Es la era de los comandantes y oficiales revolucionarios. Muchos de estos cuadros una vez instalada la democracia y como producto de la crisis de proyecto del Rodriguismo dejan sus filas y se reinsertan en la normalidad dejando muchos de ellos, sino todos, la vida clandestina. Regularizan sus vidas. La época de la vía armada del FPMR bajo estas circunstancias se comenzaba a cerrar como expresión primordial del quehacer del Frente lo cual trajo no pocos problemas de adaptación por todos conocidos.
3) La tercera generación son aquellos militantes rodriguistas que no tienen experiencia internacionalista y cuya capacidad combativa y aprendizaje político-ideológico lo construyen en la resistencia popular contra la dictadura. Su aprendizaje combativo va ligado al nacimiento y fogueo de los Comités de Autodefensa de Masas (CAM) y a las Unidades de Combate (UC) básicamente ligados a las Juventudes Comunistas y a la formación de las Milicias Rodriguistas (MR) ligadas al FPMR de las cuales se nutrían de los CAM y de las UC sin perjuicio que en las Milicias Rodriguistas confluyeran jóvenes de otros partidos opositores a la dictadura como jóvenes sin militancia política previa pero con ansias de luchar dando origen, estos últimos, a la militancia Rodriguista pura y casta.
4) Una cuarta generación de Rodriguistas son aquellos hijos de la democracia (que no conocieron la represión de la dictadura) y cuya incorporación al Rodriguismo se produce como consecuencia directa de su rebeldía frente a un sistema político que no satisface las necesidades básicas de los sectores pobres y de trabajadores. Las condiciones sociales hace que estos hermanos se incorporen al FPMR con ansias de transformar la sociedad. Este último aspecto es que marca la diferencia con las generaciones Rodriguistas que la precedieron. Las anteriores tenían como meta el combate frontal a la dictadura y la recuperación de la democracia para la Patria. En su época de aparato tampoco cabía pensar en algo más justamente por su dependencia del Partido Comunista. Solamente es con la separación del PC y con Raúl Pellegrín que el
Rodriguismo se plantea la transformación en partido revolucionario y comienza a ponerse como meta la revolución como meta histórica del nuevo proyecto Rodriguista que se comienza a forjar.
Hoy día nos vemos enfrentado a un nuevo capítulo de la historia del Rodriguismo sólo comparable con los momentos iniciales de su preparación y orígenes con el Frente Cero y con la lucha del internacionalismo revolucionario.
Hoy día el Rodriguismo se enfrenta a un nuevo período en su desarrollo e historia. Contrario a lo que sucede con el resto de los partidos, en lo que se refiere a la renovación de los cuadros dirigentes de estos, recambio generacional, el Rodriguismo durante la segunda mitad de la década de los 90 ha venido sufriendo un recambio generacional en sus direcciones donde aquellos cuadros de la década de los 80 vienen a ocupar las direcciones principales. Si bajo la dictadura los militantes nuevos provenientes de la experiencia miliciana ocupaban los mandos medios hoy se aprestan a reivindicar a aquella generación (G 80) tomando las riendas del Rodriguismo en esta nueva etapa.
El recambio generacional va de la mano del cambio de táctica, de la elaboración profunda del Rodriguismo como expresión auténtica de una ideología revolucionaria cuyas raíces se encuentran en lo más profundo de nuestro historia patria, de América Latina, del movimiento proletario internacional y revolucionario. No sólo se hermana con el Socialismo del Siglo XXI que recorre “Nuestra América”, como lo señalara José Martí, desde La Habana hasta América del Sur sino con las construcciones y errores pasados.
Este recambio generacional no ha estado exenta de problemas, contradicciones y desviaciones, como en todo proceso, los cuales han producido una pérdida de protagonismo en las luchas cotidianas del pueblo, en la falta de propuesta programática como en quiebres casi irreparables como producto del sectarismo y el aislamiento de aquellos que fueron forzados a partir del Frente en el último tiempo.
Esta nueva generación va acompañada por la juventud patriótica del siglo XXI que se levanta crítica a una transición pactada y cartucha donde las libertades individuales que reclama la juventud de hoy son cercados y cuestionados por una sociedad ultraconservadora arrinconada por los dinosaurios y momios de siempre acompañados por sectores no menores de la Concertación. El sistema neoliberal que sustenta el conservadurismo valórico excluye al joven inexperto que busca la oportunidad de iniciarse en la vida laboral pagando sueldos de hambre en jornadas laborales cada vez más extensas y demandantes. Claro está que a los ojos de la juventud patriótica la sociedad requiere con urgencia tomar nuevos rumbos que la unan a la liberación social y del hombre. Los derechos reproductivos, de las minorías sexuales, de la igualdad de género, de los derechos culturales, de una mejor educación pública, del respeto a los pueblos originarios, y de un futuro más digno e igualitario son todas demandas que desde la óptica patriótica y juvenil se transforman en demandas casi revolucionarias.
El Congreso de Unidad Rodriguista tiene esa importancia la de la reactualización de un proyecto que se vio truncado por insuficiencias ideológicas y teóricas, la de re proyectar el Rodriguismo y patriotismo que fue capaz de conducir a todo un pueblo, de devolverle la dignidad y la confianza en sí mismo en los tiempos de la tortura y de la desaparición forzada de personas y que dio la posibilidad para las clases populares de darse cuenta que la lucha armada no era sólo privativo en aquellos países con barbudos y selvas tropicales sino que también en el Chile “republicano” cuando la vida de todo un pueblo se encontraba en peligro y bajo la más cruel represión conocida en toda nuestra historia.
El Congreso viene también a darle un espacio y una convocatoria a aquellos hermanos internacionalistas que esta vez se integran no ya desde las direcciones o de las comandancias de ayer sino que esta vez como trabajadores y ciudadanos común y corrientes con pasado glorioso y heroico los cuales reclaman devolverle la fuerza al Rodriguismo de ayer que es el Rodriguismo de hoy y de mañana. El Rodriguismo de la Revolución Patriótica del Siglo XXI.
Por todo esto es que el Congreso de Unidad Rodriguista constituye el mayor hito de la izquierda chilena desde la óptica de la izquierda revolucionaria que fue perseguida bajo la dictadura sino también en la nueva democracia y sus cuadros principales encarcelados, asesinados o prófugos de una justicia clasista y ciega, parcial e injusta. Es un éxito su convocatoria por cuanto abre un período donde el Rodriguismo se apresta a convertirse en el gestor de los acuerdos desde la izquierda aglutinando a todos aquellos que deseen transformar la sociedad capitalista, construir el poder del pueblo e iniciar los caminos de la liberación social, popular y nacional. Es un éxito porque la justeza del planteamiento de los Rodriguistas avanzará en el acercamiento de nuestro proyecto con los demócratas, patriotas, progresistas y revolucionarios de nuestra patria.
Es todo esto hermanos que debemos trabajar a toda máquina por que los debates y resoluciones produzcan tal remezón en la Patria que desde el norte hasta el sur, desde el mar hasta la cordillera se escuche el galope rebelde e intransigente de Manuel Rodríguez que junto a sus Húsares de la Muerte renacen desde la cenizas para blandir sus sables contra los herederos de los realistas y de los criollos que le dieran la espalda a la Independencia de Chile y doblaron sus espaldas ante el imperio de ayer que es el imperialismo de hoy.
¡Vamos todos con el Congreso de Unidad Rodriguista! ¡Vamos que la Patria nos llama! Vamos que el Pueblo nos obliga! ¡Vamos Unidos con el Rodriguismo como bandera y con la Revolución Patriótica como norte! ¡Vamos que el presente es de lucha y el futuro es de la Patria! ¡Vamos todo el Pueblo! ¡Vamos Patriotas, Vamos Pueblo, Vamos Rodriguistas que un Pueblo que lucha triunfa!